domingo, 18 de noviembre de 2012

¿ADÓNDE IREMOS A PARAR?

   Llego a la librería. Dos minutos antes, como siempre.  Sacamos las rejas con Héctor —sesenta y seis años, encargado—. Corremos la mesa de ofertas, abrimos las puertas de vidrio, quitamos la puertita de la persiana. Como de costumbre, Héctor nos cede el paso a Mónica —empleada, cincuenta y ocho años— y a mí. Atravieso el hueco de la persiana. Con Mónica competimos por quién enciende las dos computadoras y la luz del cuartito. Apuramos el paso. Yo doy zancadas. Ella, saltitos cortos. Me gana con las computadoras. Yo gano con el cuartito.
   —No me quites el trabajo —le digo.
   Nos reímos.
   Cuelgo mi mochila en el perchero del baño. La abro. Saco mi botella de agua. Le doy un trago. Me saco la campera. Vuelvo hacia la puerta, a terminar de abrir. En el camino, me arremango la camisa y levanto los libros que se suicidaron por la noche.
  La persiana está en alto. Carlos —dueño, setenta y algo— ya llegó. Habla con Héctor, que está del otro lado del mostrador. Llega el cadete nuevo —veintipico, entró la semana pasada—. Agarra la puertita de la persiana y viene hacia el fondo. Nos cruzamos.
   —¿Cómo andás, Lucas?
   —Bien. ¿Vos?
   Mejilla con mejilla, beso al aire.
   Carlos me mira extrañado.
   —Buen día —le digo.
   —Buen día, pichón —me dice. Y me pregunta—: ¿Hace mucho que lo conocés a este chico?
   —No… —respondo sin detenerme—. Desde que entró.
  Cazo al vuelo por qué lo pregunta. Mientras acomodo los libros de la mesa de afuera, escucho que habla con Héctor y Mónica. Capto algunas palabras sueltas. Carlos tira besitos al aire.
   —Ya no quedan hombres —dice.
   Me asomo.
   —Carlos —le digo—, pero a las mujeres las beso más, eh…
   Me mira.
   —¿Sí?
   —Claro…
   —¿Es cierto eso, Mónica? —pregunta—. ¿A vos te besa?
   —Sí, Carlos —dice Héctor—, pero esos son otros besos. Yo miro para otro lado.

14 comentarios:

  1. increíble , loco yo voy a compilar esto y la vamos a publicar en un libro es demasiado bueno, cuando vas a desmenuzar el coran versión Guillermo , me parece que el viejo se quedo con ganas que le des un besito.

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  2. Carlos te tiene ganas... es envidioso de tus besos!!!

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  3. Jajaja! Pronto te recibirá con: "No hay un piquito para mí!?"
    Me encantó la imagen en la que resucitás a los libros suicidas.
    (¡Qué lindo trabajar en una librería!)

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  4. Cuantas cosas se juntan en algunos metros cuadrados cotidianos. Buena descripción. No tengo respuesta para el interrogante de donde iremos a parar. Un abrazo!

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  5. Bieeeeeeeen!!!! X fin te puedo comentar sin hacerme una cuenta!
    Ahora no tengo nada que decir... pero para la prox :P

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  6. Linda escena. Y cómo la contás, más. Me acordé de la peli uruguaya whisky.
    Te iba a preguntar por qué se había que aclararlo, pero la ambigüedad de "a las mujeres más" me pareció mejor que el silencio.

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  7. José Gabriel: Con el Corán no me meto porque Alá es más jodido.

    Dana Eva: ¿Vos decís?
    Se va a tener que quedar con las ganas nomás: su boca me da asquito.

    Lunática: No, no hay un piquito para él. Justo cuando me encuentro con él, se me acaban. Y la tanda siguiente me la dan recién cuando salgo de la librería.
    Respecto a los libros que se suicidan, yo sólo levanto sus cuerpos: no sé si vuelven a la vida.
    Es lindo trabajar en una librería, sí. A pesar de varias cosas.

    Dany: Me alegro de que te haya gustado.
    No me alegro de que no me traigas respuestas a los interrogantes de mi capitán.
    ¡Un abrazo grande y gracias por pasar!

    Anónimo: Sí, hace poco activé esa posibilidad.
    ¡Pero no sé quién eres tú!
    ¡Dímelo, pues!
    ¡Abrazo y gracias por pasar, seas quien seas!

    Lola: ¡Me alegro de que te haya gustado!
    No vi Whisky. A raíz de que la mencionaste, acabo de chusmear un par de reseñas y me dieron ganas de verla.
    ¿Por qué este texto te recuerda a la película?
    No había por qué aclarar que beso más a las mujeres que a los hombres. Me surgió el comentario como una manera de poner en evidencia que estaba escuchando que él hablaba de mí y que estaba criticando mi conducta.
    ¿Por qué eso te pareció mejor que el silencio?
    Hoy estóy preguntón, ¿viste?

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    Respuestas
    1. Soy Val...
      Pista 1: Perros y gatos
      Pista 2 : Humberto Tortonese
      Muejejeeeee

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    2. Oh, pero las pistas están de más, Val...
      ¡Si acabás de informarme quién sos!
      Bueno, ¡me alegro, pues, de haber habilitado los comentarios para quienes no tienen cuenta, y de leerte por aquí!
      ¡Abrazo y gracias por pasar!

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  8. Libros suicidas de trasnoche! Genial!
    Buena la imagen del beso al aire.
    Ojaldre con Mónica!

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  9. No sé si tiene mucho que ver el post con la peli (de todas formas quizás te gustaría verla). Pero se me vino a la cabeza por algo en lo anacrónico de la mentalidad, las edades de tus compañeros, llegar y despertar un negocio dormido, las persianas, los libros suicidados, dejar la mochila, botella de agua, giro, tres pasos, correr la mesa, etc. Esa cosa de relojito día tras día, a lo mejor. Pero en Whisky todo eso es deprimente, incluso llega a ser miserable, y no hay eso en tu relato.
    La aclaración me pareció mejor que el silencio porque pareciera que él estaba esperando que lo desmientan y tu respuesta implica una ambigüedad que podría tomarse en cierta medida como confirmación de sus observaciones.
    Espero que el espíritu preguntón haya aguantado hasta hoy.
    Besos!

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  10. Bigote Falso: ¡Me alegro de que te haya gustado!
    Oh, respecto a Mónica... Mejor con otra, mejor con otra... Gracias, igual, por los buenos deseos.
    ¡Abrazo y gracias por pasar!

    Lola: Me dan ganas de ver la peli, pues. Intentaré conseguirla.
    Carlos no estaba esperando que lo desmientan. Es más, no le gusta para nada que lo desmientan, jajaja. Lo suyo era un comentario general del tipo: «Los jóvenes de hoy en día...»
    Igual, me gusta que te guste la ambigüedad de mi respuesta.
    Si, el espíritu preguntón aguantó nomás.
    Soy preguntón, pero paciente.
    Bueno, dentro de todo.
    ¡Besos y gracias por pasar!
    Es muy lindo leerte.

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  11. Esta entrada la escribiste para que yo pique... ¿no es cierto?... LO LOGRASTEEEEEE...!!!!
    Es la pedorra costumbre que tienen los porteños y los bonaerenses de besuquearse cuando se saludan... asi que aguantate los comentarios. Andá a besar a un compañero de trabajo en Córdoba, Santa Fe o Entre Rios... te muele a trompadas.

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