martes, 17 de febrero de 2015

CUARTA VUELTA

Hoy, Carne con Alambre cumple cuatro años. Y sigue dándome tanta satisfacción como al comienzo. A pesar de que hoy día no es tan visitado como lo fue en algún momento.

Eso parece ser una tendencia en los blogs en general. Cuando yo comencé con este, ya había gente diciendo que los blogs habían muerto. Yo no viví la edad de oro de la blogósfera, llegué un poco más tarde. Númenor ya se había hundido y los pocos Dúnedain sobrevivientes se habían transformado en vagabundos a caballo. Sin embargo, llegué a tiempo para conocer varios blogs maravillosos. Presencié la muerte de algunos, con mucho pesar de mi parte. Otros siguen con vida, aunque entre esos los hay que han caído en un sopor profundo, como princesas de cuento de hadas. O como borrachos en una taberna a la madrugada. Depende. Según el caso.

Hay quien dice que a los blogs se los está tragando Facebook, como la Nada a la tierra de La historia interminable. Esto me parece extraño, porque yo los veo como dos medios con dinámicas muy diferentes, que no pueden ser reemplazados el uno por el otro. Pero tal vez sea así, no lo sé.

Sea como sea, Carne con Alambre tiene la intención de ser uno de los trescientos espartanos defendiendo el paso de las Termópilas, aunque tenga que morir en el campo de batalla. ¡Bienvenidos aquellos y aquellas que quieran acompañarme en esta aventura!

A lo largo de estos cuatro años, este ha sido un espacio de intercambio de ideas. Un espacio de expresión; pero también un espacio social, de interacción. Y esa es una de las cosas que lo han hecho tan gratificante para mí. Ya he dicho que todas las veces que fue posible generé un encuentro en persona con la gente que conocí por este medio. Así como hubo una merma en el tránsito virtual, también la hubo en el intercambio cara a cara: este año, a diferencia de los anteriores, no tuve encuentros personales.

Virtualmente, se sumaron —por orden de aparición—: NsNc —en la dulce espera—, COSME FULANITO —que opina que nivel cultural es proporcional a índice de coeficiente intelectual—, Coneja —que admira el pelo sin frizz de las coreanas—, Alma vacía —que se peleaba con su madre y se iba a lo de la abuela Violeta—, WOLF —que piensa que La Divina Comedia es muy PRO—, Bell —que espera a Plutón—, Cecilia Berry —que podría hacer un lindo blog con los pequeños textos que ha comenzado a escribir—, José A. García —demiurgo—, Karina de Boquita —cuyo blog murió recién nacido— y NoeliaA —creadora de tulpas—.

Y  siguen acompañándome —ya son amigos de la casa—: El Señor Potoca —a quien le parecen estúpidas las maldiciones de Dios, ¿escuchaste, Dios?—, José Gabriel —que ama las frases de mi tío—, Gabriela Aguirre —que juega al Tetris con el tacho de basura—, Mateo —que partió siendo Teseo y volvió siendo Odiseo—, Lunática —que huye el día de su cumpleaños—, Valeria —futura abogada—, Rosi Ta —amiga de cuadrúpedos—, Hugo —cuyo blog recientemente fallecido me ha dado muchas satisfacciones en forma de música—, Alejandro Cossavella —que volvió a las andanzas y, con gusto de mi parte, habilitó de nuevo los comentarios de su blog—, Dan —a quien exigen que desconozca lo que desconoce—, Yoni Bigud —que prometió recomendarme en Kipling’s—, Lorena —asediada por su ginepsicólogo—, Bigote Falso —que ya es revista por segunda vez y tuvo la gentileza de publicarme—, Viejex —hijo de un tigre—, Nachox —con quien compartimos el gusto por la historieta—, Belén Be —Dibujante y poeta— y Ariel Panchez —Radagast urbano—.

Por todos ustedes, alzo este cáliz rebosante de néctar y brindo por la amistad duradera.

¡Salud!