miércoles, 8 de junio de 2011

HISTORIA DE MI PENE (Epílogo)

   Cuarenta y ocho  horas. Me saco la venda.
   Hinchado. Más de un costado que del otro. Deforme. Morado. Cicatriz. Cascaritas. Mordido por un pit bull.
  Las erecciones duelen. Mear no. No conviene usar vaqueros. Si levantás peso, sangra. Lo digo por experiencia propia. Llantas de camión en el laburo. Y… si vamos a hacerlo, vamos a hacerlo bien.
   Relaciones sexuales. Las tuve antes de los tres meses, Doctor Ventura.
   Tal vez algún día cuente esa historia.

7 comentarios:

  1. No dejé de pensar: es como un período menstrual.
    Salvo por lo de las cascaritas/cicatriz y las relaciones sexuales.

    Y sí, soy toda una niña. Pero en el cajón de juguetes guardado en el altillo, conservo juguetes del hipopótamo. También llegué a ir a Wendy's.

    Que tengas un riquísimo fin de semana!

    ResponderEliminar
  2. si tuviste que pasar por ese post-operatorio tan triste (?) espero que esas relaciones sexuales con pitín restaurado hayan sido alentadoras. :) saludos!!

    ResponderEliminar
  3. Soy: ¿Por casualidad, una niña como vos levantó llantas de camión en el laburo estando con el período? Esa sí que no te la puedo creer. Cada vez te admiro más.

    Yo, el "altillo" lo tengo lleno de juguetes... Esto que acabo de escribir, en realidad, no significa nada. Pero suena misterioso e interesante...
    ¡Con Wendy´s no seas chanta! ¡Todavía existía al menos un Wendy´s en el 97! Yo tengo una amiga que laburaba ahí.

    Que vos también tengas un riquísimo fin de semana. Yo me conformo con tener uno pacífico y reparador. Así somos los viejos de 32.

    Karina: El post-operatorio, más que triste, fue gore...
    Y sobre mis relaciones sexuales con pitín restaurado pero no del todo recuperado hablaré en el blog en un tiempito. Fueron raras; pero importantes, por definirlas de algún modo.
    ¡¡Saludos y gracias por pasar!!
    ¡¡Y espero no sea la última vez!!

    ResponderEliminar
  4. No, pero siendo moza levanté cajones de bebidas. Siendo niñera, levante niños.
    Ponele que es similar el peso.

    No sos viejo.
    Tomás, el del bondi, tiene 31 y no me parece viejo.

    No te dejo abrazo esta vuelta, por la gripe jaja. Pero un apretón de manos va. Y soy de esas que cuando estornuda se tapa con el brazo, no con la mano.

    ResponderEliminar
  5. No, chiquita. Una llanta de camión pesa más que esos objetos que mencionás, ¡no vas a comparar!... (Uh, no... un niño es un individuo, ¿no?). Y para bajarlas del flete, tenía que sostenerlas, antes de apoyarlas en el piso, con una gamba. ¡Y fui un pelotudo! Cuando fui a mear dejé rastro de sangre...

    ¿Quién es Tomás, el del bondi? Bueno, pero Tomás tiene 31; yo tengo 32. Soy más viejo que Tomás.

    Uuuhh, vos sos de esas paranoicas que se estornudan en el brazo y después andan con el sweater lleno de mocos, ¿no?
    Jajaja... A mí me pegó fuerte esa paranoia hace dos años. A cada rato alcohol en gel, y me quedaron las manos todas irritadas y cuarteadas. En el bondi no me rascaba la nariz y estaba de la cabeza. Al año siguiente me cagué en la gripe A, y andaba estornudándole en la cara a todo el mundo, metiéndome los dedos en la nariz y en los ojos. Y descubrí que todos son inventos de la CIA, o que mi organismo es más fuerte de lo que yo creía.

    Ok. Apretón de manos, hasta la primavera.
    ¡Gracias por pasar!

    ResponderEliminar
  6. Haciaaaaaaaaaaaaaaaaaa un monton que no entraba a tu blog ! Voy leyendo de a pedazos la historia jajajajajaja lease el chiste, un saludo Capeishon!

    ResponderEliminar
  7. ¡¡¡Graciaaaaas, Sheeeee!!!
    Bienvenida de nuevo.
    Bueno, ya leíste todos los «pedazos» de la historia. Ahora siguen otras.
    ¡¡Saludo y gracias por pasar!!

    ResponderEliminar