domingo, 14 de diciembre de 2014

MALENTENDIDO

Cuando sus hijos eran chicos, Alejandro tenía un videoclub. A veces, llevaba a los pibes al local. Si se ausentaba por un rato, para hacer algún trámite o alguna compra, les daba instrucciones de que no abrieran a nadie y los dejaba viendo una película infantil. Un día, al regresar, notó que las películas pornográficas estaban un tanto desordenadas, como si alguien las hubiese manipulado durante su ausencia. Al tiempo, ocurrió lo mismo y Alejandro comenzó a sospechar que sus hijos aprovechaban sus salidas para ver pornografía.

Queriendo confirmarlo, decidió tenderles una trampa: les dijo que estaría afuera una hora, se fumó un pucho en la esquina y volvió minutos después.

Abrió la puerta de golpe. Encaró derecho para el fondo. Oyó los gritos susurrados de sus hijos y ruido de cosas que caían. Cuando llegó a la trastienda, los dos mayores —de ocho y nueve— lo esquivaron y salieron corriendo.

—¡Ey! —dijo Alejandro—. ¡Vengan para acá, pendejos de mierda!

Pero los pibes alcanzaron la puerta y huyeron del local.

A Martín —de cuatro años—, en cambio, Alejandro lo encontró paradito junto a la videocasetera, muy tranquilo. A sus pies, descansaba la caja de la porno que sus hermanos no habían llegado a sacar del aparato.

—¡Estaban mirando una película porno! —interpeló Alejandro, algo desconcertado por la actitud impasible del niño.

—¡No, papá! —dijo Martín, con una expresión de sorpresa tan genuina que dejó a su padre más desorientado aún.

—Ah, ¿no? —dijo Alejandro. Levantó del piso la caja del video y la mostró a su hijo—. ¿Y esto qué es?

—Es una película de una señora que le chupa el pito a su marido…

8 comentarios:

  1. Cuando los portugueses llegaron a Brasil, escribieron en su diario de viaje que los nativos vivían felices "sin cubrir sus verguenzas"... el tema es que aquellos habitantes hermosos todavía no tenían verguenzas... Abrazo desde Bariloche!

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  2. niño ya deja de ver esa papota, niñooo que eso no se dice que eso no se hace que esoo no se tocaaaaaaaaaa

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  3. Alma vacía: Se puede crecer y seguir siendo niño. ¿No te parece?

    Alejandro Cossavella: ¡Hola!
    Es verdad, la vergüenza viene después.
    ¡Un gusto leerte de nuevo!
    Abrazo grande.

    NsNc: Lisa y llana.

    José A. García: Todo es según el ojo que lo mira.
    ¡Bienvenido a Carne con Alambre!
    Saludos y gracias por pasar.

    José Gabriel: Y no se mira.

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  4. Que divinoooo Me dieron ganas de comerle los cachetes jaja Delicioso relato!

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    Respuestas
    1. ¡Me alegro de que te haya gustado, Melina!
      Te mando un abrazo.

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