domingo, 28 de agosto de 2011

GENTE EXTRAÑA: EDUARDO L (Capítulo Final)

   Pasaron meses. Una noche llegué del trabajo y la encontré a Liliana N con un hombre. Me lo presentó.
   —Él es Carlos. Carlos, él es Guillermo.
   El hombre se puso de pie y nos estrechamos la mano. Apretón firme, de esos que generan confianza.
   —Un gusto —dijo él, con voz grave.
   —Carlos era compañero mío en la escuela secundaria. Y de Néstor.
   Néstor C era otro amigo de Liliana N que a veces venía de visita.
   Esa noche, cenamos los tres juntos: Liliana N, Carlos y yo. Él era un tipo muy correcto y cordial, pero reservado. Serio, de mirada profunda. Nunca lo vi sonreír. Se hizo habitual que viniera a comer a casa. No me molestaba. Tenía una conversación muy agradable, no como Néstor C, que era un sujeto bastante repulsivo.
   Supuse que Carlos y Liliana N eran algo más que amigos, aunque no daban muestras de eso en mi presencia. Un día él se quedó a dormir, en el sofá. Otro día, lo mismo. A la semana siguiente, comenzó a dormir con ella en la cama matrimonial.
   Pasó el tiempo. Llegó el verano. Un día de mucho calor, Carlos se puso en cueros. En la espalda, sobre el omóplato derecho, tenía un tatuaje tumbero, hecho con agujas: una calavera de vaca. Esto hizo que se instalara en mí una duda. ¿Este hombre no sería, en realidad, Eduardo L de incógnito?
   «Naaahh…», pensé. «No va a traer a la casa al tipo que una vez quiso acuchillar a su hijo… ¿O sí? Y si el tipo tenía celos de Leonel, con más razón tendría que tener celos de mí, que no soy pariente de Liliana y vivo solo con ella… ¿O no? Pero es un hombre agradable, muy educado, no como me contaron que era el otro…»
   Ese fin de semana me encontré con Claudio G y le transmití mi duda.
  —Y… El tatuaje puede habérselo hecho de pendejo, jodiendo —me dijo—. Si estuvo preso, te das cuenta por cómo habla. Cuando salen, siempre les queda algo de la jerga de adentro.
  —El tipo habla re-formal. Es re-educado. Pero hay algo que no me cierra.
   Desde la primera aparición de Carlos hasta ese momento, yo no había vuelto a ver a Leonel M. Él seguía viviendo en Banfield y se le complicaba viajar hasta Munro. Finalmente, me invitó a comer a la casa. Y le pregunté.
  —¿Conocés a un tal Carlos, amigo de tu vieja? Compañero de la secundaria.
   —¿Carlos? No… Qué raro… A los amigos de mi vieja los conozco a todos. ¿Cómo es?
   Lo describí. Largó una carcajada.
   —¡Es Eduardo, boludo!
   Por suerte, chabón no era una de mis palabras de uso habitual.
   Un año después, Liliana N murió de SIDA.
   La última vez que vi a Eduardo L fue para esa época, unos meses más tarde. Él estaba caminando solo, por la plaza de la estación Mitre, como paseando. No sé si estaría triste por la muerte de Liliana. Tenía el mismo gesto adusto de siempre.

7 comentarios:

  1. No puedo creer que te dije Gustavo!!!!!!!!!
    Fallido total, todo por firmar apurada! Te devuelvo todo, guille, pero antes: mil disculpas.

    Vamos primero con vos: me sorprende q hables de eduardo L porque es valiente. No es cualquier cosa hablar del tipo que estás hablando con tu nombre y apellido. Me sorprende, en el buen sentido.
    Respecto a este post no puedo creer que Liliana metiera a la casa al tipo que corrió con un cuchillo a su hijo ... pero ya habías descripto los problemas de esa mujer. Digamos, se sentía cómoda en el maltrato y esa relación posesiva. Vaya uno a saber qué la llevó a eso... Qué bueno que a vos siempre te trató bien Eduardo. Con los trastornos que tenía ese tipo, no hubiera sido raro que no lo hiciera.

    Me gusta que hagas terapia, cambiando el rumbo. Y me gusta que puedas cocinar estas historias crudas. Ser sano es un poco esto, no? transformar lo malo en bueno, lo horrible en contable. A veces a mi psico, Mónica , la trato de vos, pero supongo que por mi respeto a los mayores la mayoría del tiempo la trato de "licenciada" y de "usted".
    Soy una insoportable optimista, sí. El último post te pareció más alegre? Puede ser. En realidad yo soy alegre, lo que pasa es que algunas cosas las cuento de forma neutral , porque requieren que no las tome tan "al vuelo". Es cierto que los padres tienen hijos "para", y no discuto que juzgues a mi vieja. A veces yo soy muy neutral pq tengo en cuenta demasiadas cosas y termino no decidiendo bien de qué lado estoy mejor. Ponele con el tema del casamiento... yo no me casaría, pero entiendo a la gente que se casa.
    El día de la "confesión" fue muy turbio, pero fue tan bizarro también que uno termina riéndose de frases maternas como "sos una promiscua" o "por qué no probás con un travesti también!!" jajaja entiendo que te cause gracia, y rechazo. Las madres son problemáticas, no?. Las personas en general...

    Mi vieja creía que yo era perfecta, y que además éramos amigas. Esa hija creía que tenía. Gracias por preguntármelo. Porque contestándote, me doy cuenta que eso nunca existió, porque es imposible que exista y no porque yo haya hecho cosas mal.

    Beso gigante, guille
    Nos hablamos!

    ResponderEliminar
  2. Siento pena por Liliana, no por su muerte, ni por su debilidad, sino por aceptar, a traves de engaños autoinfundados, a un hombre que estuvo al borde de matar a su hijo.
    Gente rara si, espero que Leonel no sea raro en absoluto. Esta bueno no ser raro, vio?

    ResponderEliminar
  3. Si esta bueno ser raro, pero no poner al borde de una situación a un hijo en este caso Leonel.
    Esta bueno ser raro, mejor dicho
    esta bueno ser diferente y que esa diferencia sea notable cuando por ejemplo estas en una reunión.
    Liliana me da pena...nada le alcanzó.

    ResponderEliminar
  4. Bueno, leí las tres partes de corrido. Ya me dieron escalofríos y ya tengo miedo. ¿So'loco vo'? ¿Con qué gente te me andás juntando? ¿Qué es eso de cantarlo a los cuatro vientos?
    Basta de conocer gente que más que extraña es demente, Guillermo, basta.
    Abrazos :)

    ResponderEliminar
  5. wonderwall: Jajaja... Boluda, no me molesta para nada que me hayas llamado Gustavo; no hacen falta tantas disculpas. Lo que sí, ahora quiero saber si conocés algún Gustavo y quién es. Estás hablando con un hijo de psicóloga, estudiante autodidacta de psicología: no creas que voy a pasar por alto tan fácilmente un acto fallido. Muejejeje...
    Respecto a Eduardo L y a mi valentía, a una parte mía le gusta estar leyendo esto: a mi parte narcisista. Pero si he de ser sincero, no creo que haya riesgo alguno en lo que estoy haciendo. Lo escribo, como decís vos, con nombre y apellido; pero con nombre y apellido MÍOS, jajaja, no los de él. Y creo que las probabilidades de que él lea esto y de volvérmelo a cruzar, son mínimas.
    Y si me equivoco: más material para Carne con Alambre. Postearé: GENTE EXTRAÑA: EDUARDO L (Epílogo).
    O lo postearán mis familiares, en caso de que el último encuentro haya sido fatal. Jajaja...
    Respecto a Liliana, sí, es todo un caso. Tenía un problema con las relaciones. Es una locura que haya metido en su casa al tipo que corrió al hijo con un cuchillo, y que meses antes la amenazaba de muerte telefónicamente. Pero este tipo de relaciones tienen mucho de adicción. No sé si decir que se sentía cómoda sea lo más preciso. Algo de eso hay, pero es un poco más complejo, creo yo. Se genera un vínculo de codependencia fuerte, muchas veces se repiten patrones que uno o una ha vivido con los padres, o que uno a visto actuar a los padres entre sí.
    Y sí, por alguna razón, Eduardo L no tuvo celos de mí, y si los tuvo, fue en silencio: afortunadamente, conmigo no tuvo ningún episodio como el que le hizo padecer a Leonel.
    Te gusta que yo haga terapia. Cambiando de rumbo, decís. Pero siendo el tema del que veníamos, no cambiamos tanto de rumbo con este otro: las personas de las que acabamos de hablar también necesitarían o necesitaban terapia. O medicación psiquiatrica. O dardos tranqulizantes para oso. ¿Ser sano es transformar lo horrible en contable? Puede ser.
    ¿Respeto a tus mayores? Yo trato de tutear a todo el mundo. No me gusta la distancia que genera el trato de Usted. El otro día, una extranjera, en la librería en la que trabajo, se ofendió por esto. El trato de Usted lo uso para insultar a gente en la calle o para flirtear.
    "¿Por qué no probás con un travesti también?" Me encantó.
    "Mi vieja creía que yo era perfecta, y que además éramos amigas. Esa hija creía que tenía. Gracias por preguntármelo. Porque contestándote, me doy cuenta que eso nunca existió, porque es imposible que exista y no porque yo haya hecho cosas mal." Esto me resulta conmovedor. Me alegro de que te des cuenta de que no sos responsable de que esas cosas no sean posibles: que seas perfecta y que madre e hija sean amigas. Madre e hija son eso: madre e hija.
    Beso gigante y gracias por pasar. Un gusto siempre leerte y que te tomes el tiempo de contestar tan largo.

    alelé: Liliana tenía problemas en sus relaciones interpersonales. Y con Eduardo L tenía un vínculo de codependencia grave. Y sí, es una historia triste.
    No definiría a Leonel como raro. Pero las viviencias que tuvo no lo dejaron bien parado. Entre otras cosas, tiene problemas de adicción a las drogas.
    Sobre si está bueno o no ser raro, abajo tuyo Karina te lo discute. Primero tendríamos que definir "raro". No está bueno ser raro en el sentido de la mayoría de la gente que estoy exponiendo en esta sección del blog. Supongo que todos estaremos de acuerdo en eso. Karina dice que está bueno ser diferente. Yo digo que está bueno ser uno mismo. Y eso implica ser diferente, creo yo.

    Karina: "Liliana me da pena... nada le alcanzó." Es triste lo que pusiste, y creo que la define bastante bien. Liliana vivió al límite. Y creo que con eso no logró llenar un hueco grande que tenía adentro.

    Frestón: ¿Soy loco yo?
    No lo sé. Dicen que Dios los cría...
    Toda esta gente es parte de mi turbio pasado, piba. La gente que conozco hoy en día no es tan extraña. O al menos no es tan violenta.
    Abrazos grandotes y gracias por pasar.

    ResponderEliminar
  6. Con el 'esta bueno no ser raro' no me refiero a no ser autentico ni diferente, solo que a veces ser simple esta bueno también. Y que no seas una persona 'con alguna cualidad llamativa' no esta mal.

    Y con que Leonel no sea raro me estoy refiriendo a la gente rara que describe, claramente.

    ResponderEliminar
  7. Voy a decir una obviedad: "Qué loco".
    Después de haber seguido sus aventuras a través de estos relatos, quisiera conversar con usted, Guillaume. Sea por msn o cualquier otro medio. Sus historias me interesan MUCHO.

    ResponderEliminar