Este es de cuando yo tenía unos ocho años. Esa noche me había quedado a dormir en lo de mi abuela de alambre. Dormíamos en la misma habitación. Yo ocupaba la cama que había sido de mi abuelo —sí, eran de esos viejos que duermen en camas separadas—. Y soñé lo siguiente.
Campo llano. Verde. Tarde soleada. Todo visto como si fuese desde una cámara fija.
En el medio del campo, una cinta transportadora, como las que trasladan el equipaje en los aeropuertos. O las de las fábricas de productos en serie. No se ve ni el comienzo ni el final de la misma.
Sobre la cinta, platos grandes de metal.
Sobre los platos, vacas. Quietas, se dejan llevar por la cinta con docilidad.
Y ese es todo el sueño: simplemente, las vacas pasan y pasan.
Pero lo más importante de esta historia es el remate, que no se da en el sueño, sino en la vigilia.
Cuando me desperté, mi abuela me contó que había estado hablando dormido.
¿Cuáles habían sido mis palabras?
Mamá, suegra, mamá, suegra, mamá, suegra…
Juaaaaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarYo pensé, por un momento, que te ibas a hacer vegetariano con ese sueño. Yo lo fui diez años sólo porque una vaca me miró mientras me lastraba un asado.
Ahora: madre, suegra, madre, suegra...
Jajajajaja!
Ya fumabas a los 8 años.
ResponderEliminarQue barbaridad, Guillermo, que barbaridad.
¿Ese dia habías pasado mucho tiempo con tu papá?
ResponderEliminarMe dio escalofríos.
ResponderEliminarAeropuertos y cintas transportadoras, tengo algo con eso.
jajajaja pobres vaquitas!!!
ResponderEliminarmamá? suegra?
jajajaja
esta bueno tener sueños locos...no?
¡¿8 años!?
ResponderEliminarJajajajaja los sueños son muy raros, los míos tienen la particularidad de ser muy reales, MUY reales y me despierto totalmente loca ._. Me gustó tu sueño jajajaja
ResponderEliminar¡Qué ácido eres!me he reído un montón imaginándome las vacas en platos por la cinta y por el fantástico final. Por fin encuentro a alguien que sueña cosas raras...
ResponderEliminarPuedes pasarte por mi blog y opinar.
http://lairaconira.blogspot.com/
1 beso combustionado.
Gabriela: No, no me hice vegetariano. Es más, en esa época, me negaba, caprichosamente, a comer vegetales.
ResponderEliminarPanqueca: ¡¿Qué?! ¡¿Qué estás insinuando?! ¡No! ¡No fumaba! ¡Ni fumo! ¡Ya expliqué! ¡Una vez tomé ácido, nada más!
Señor Potoca: ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Qué intento de psicoanálisis encierra?
Mateo: Me alegro de haberte dado escalofríos. Me vas a tener que explicar eso de tu fobia a los aeropuertos y a las cintas transportadoras. Ahora no escondas la mano.
Karina: ¿Por qué «pobres vaquitas»? Ellas estaban lo más tranquilas...
Ya postearé más sueños locos. Algunos propios, otros ajenos. Y podés aportar los que quieras.
Te mando un abrazo. Gracias por pasar.
Lunática: ¡Sí!
Luz: Me debés algún sueño. ¿Loca en qué sentido? Me alegro de que te haya gustado. Ahora contame alguno vos. Lo mismo que le dije a Mateo: ahora no escondas la mano.
Saludos y gracias por pasar.
Laira: ¿Ácido en qué sentido? ¿Lisérgico? Me alegro de haberte hecho reír. Pero... ¿hay alguien que sueñe cosas que NO sean raras?
En un rato paso por tu blog.
Sacate el cigarro para besarme. Este año ya he sufrido suficiente. Jajajaja...
Gracias por pasar.