Cosas de mi madre.
Mi hermana y yo en el comedor.
Mi vieja en su pieza.
—¡Chicos, chicos, en la televisión hay un homosexual gay! —exclama.
—¡¿Qué?! —preguntamos al unísono con mi hermana.
—¡Que en la televisión hay un homosexual gay! —repite.
—¡¿¿Eeehh??!
—¡Un homosexual gay! ¡¡Un homosexual gay!!
Hubo que levantarse e ir a la habitación para descubrir que lo que había en la pantalla del aparato era, en realidad, un sacerdote, que no era gay, tan sólo levemente amanerado —como la mayoría de los curas—, hablando de los homosexuales, como es de esperarse: mal.
—¡Un sacerdote gay! ¡Un homosexual cura! —algo así decía el cerebro de mi madre. La boca decía algo distinto.
A veces se instala transitoriamente un diafragma, un himen, entre cerebro y lengua.
¿A quién no le ha pasado alguna vez?
ES VERDAD,MI HERMANA ANGELA,ENTRO A UN VELORIO,Y ESTO ES VERDAD GUILLE,SALUDO A LA ESPOSA DEL MUERTO Y LE DIJO....PERDONEME.¿¿¿????
ResponderEliminarES DE FAMILIA LA COSA.....FAMILY AFFAIRE DIRIA EL NEGRO SLY STONE.
ja, qué gracioso.
ResponderEliminarsaludos altayrac.
(visité su novela también, pero ando atrasada con la lectura)
Vincent: Perdonala, evidentemente quiso decir «Lo siento». O tal vez, Ángela había matado al esposo de la señora. Viniendo de la familia que viene, también sería de esperarse, ¿no?
ResponderEliminarC.: ¡Gracias por pasar! ¡Me decís Altayrac y me hacés acordar a la secundaria, justamente! La novela andá leyendola mechada, en todo caso. Si después te enganchás, el día de mañana te la mando en formato word. Y hay cierta posibilidad de que haga una autoedición en papel en un futuro no muy cercano.
Saludos, enigmática «c».